Los niños son muy divertidos. Hay quien dice que los niños son una preocupación, claro que lo son, pero hay que divertirse mucho con ellos desde que nacen. Cuando nace el bebé, tienes que tomártelo todo de forma positiva, no todo el estrés de tener que volver a cambiarlos o de tener que prestarles toda tu atención. Hay que tomárselo desde otra perspectiva. Cuando nació mi hijo, me di cuenta de que quería criarlo, quería cuidarlo con cariño y sobre todo disfrutar cuidándolo.
Y siempre fue una alegría terrible para mí y para mi hijo. El único momento en que sonreímos es cuando vemos a nuestros bebés. Ver a mi hijo en su cuna siempre me hace muy feliz. Incluso eso me hacía sonreír. Y cuando mi hijo empezó a crecer y a aceptarlo todo poco a poco, de repente también empezó a aceptar mi risa y a sonreírme.
Y empezar a hacer tonterías, como hacerle cosquillas en los pies al bebé. El bebé lo siente todo, y la madre es la que más necesita estar con él al principio. Pero es muy difícil y requiere mucha paciencia.